El talento de adelante comiteco don trinidad Abarca logró, a partir de fotografías, levantar el templo de san José, combinando el estilo neogótico, tan de moda en la transición del siglo XIX al XX, un tradicional artesonada y una audaz cúpula sobre tambor, rara en una tierra donde la construcción de bóvedas fue siempre escasa. La factura del edificio fue posible en gran medida de los afanes de las señoritas Román, Mercedes y Rosa, quienes donaron el terreno. Rosa Román se encargo de la construcción, que se inició en 1910, cuando el obispo Francisco Orozco y Jiménez colocó la primera piedra. Catorce años después, la obra fue concluida y se convirtió en el edificio más vistoso de la ciudad, a pesar de sus detractores, algunos de los cuales lo consideran cursi como pastel decorado, tal vez por su blanquísimo aspecto. (ROBERTO RAMOS MAZA, COMITAN Y LA REGIÓN DE LOS LLANOS, 2000.)
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